Novela
José García Illa

Presentación / La estructura y la técnica narrativa

La estructura y la técnica narrativa

En una novela, además de la historia narrada, de los temas tratados, de la caracterización de los personajes y otros aspectos que podríamos llamar internos o de contenido, son importantes también las características externas o formales, como la estructura, el punto de vista adoptado, el tiempo narrativo, etc. O, al menos, yo así lo he considerado a la hora de escribir el libro.

La estructura se refiere a la disposición de los materiales de la narración a lo largo del texto. En el caso de Un himno a la alegría, yo quería que, además de suscitar el interés del lector, la estructura fuese artística por sí misma, es decir, que encerrase elementos de belleza que resultasen atractivos para el lector. Por ello, teniendo en cuenta el título y el tema principal de la novela, el "índice" o contenido se convirtió en "Programa", y la estructura adquirió la forma de un concierto clásico, con tres grandes partes o movimientos precedidos por un "Preludio" y seguidos por una coda o "Final". Cada uno de los tres movimientos o partes principales se divide, respectivamente, en cuatro, dos y cuatro capítulos con títulos de tipo descriptivo, que forman unidades temáticas y estructurales extensas, y, a su vez, los capítulos se subdividen en fragmentos de unas cuantas páginas sin nombre ni numeración, pequeñas unidades equivalentes a escenas con contenido temático propio o que implican una situación o unos personajes específicos.

Por otra parte, en los distintos capítulos se utilizan puntos de vista diferentes. Se usa en toda la novela la tercera persona, pero, excepto en contadas ocasiones en que resultaba necesario, he intentado huir del "narrador omnisciente", ese ser que todo lo ve y todo lo sabe propio de los relatos tradicionales. En su lugar, he optado por la técnica de la focalización, según la cual, aunque el narrador es externo a los personajes y no participa en la acción, se sitúa muy próximo a alguno de ellos y, de forma semejante a la primera persona, narra los hechos desde el punto de vista del personaje focalizador, contando solamente lo que éste puede percibir o sentir, o lo que puede saber, incluidos sus propios pensamientos y sensaciones; esta perspectiva individualizada me parece ideal para describir el mundo interior de los personajes y la manera como viven los acontecimientos que les suceden.

Pero el focalizador no es el mismo a lo largo de la novela, sino que éste varía de unos capítulos a otros. Por supuesto, los protagonistas principales, Lidia y Leandro, focalizan diversos capítulos; pero también son focalizadores de una buena parte de la historia otros personajes importantes, como Noemí o Nieves. Esto me permite narrar ciertos acontecimientos desde más de un punto de vista; en particular, me interesaba describir el proceso de encuentro, de relación y de enamoramiento entre los protagonistas, y los sentimientos que experimentan, tanto desde la perspectiva masculina como desde la femenina, aportada por cada uno de ellos.

En cuanto al tiempo narrativo, se alterna, también en los diversos capítulos, el presente con el pasado. Se usa el presente para los sucesos que se producen en el lapso temporal de menos de veinticuatro horas que ocupa el "Preludio" y el "Segundo movimiento", entre la salida de los orfeonistas al escenario y el desayuno tras la liebesnacht o noche de amor entre Leandro y Lidia; es decir, todo el proceso íntimo y vital, la vivencia musical y amorosa de la protagonista ("uno de sus grandes sueños [...], su vida entera, su destino"), anunciada ya desde el primer párrafo de la novela.

Elegí el presente para estas partes porque me parecía la manera más adecuada de acercar al lector a dicha experiencia vital: por encima de los propios hechos que se suceden, me interesaba reflejar el proceso interior y las sensaciones de los protagonistas. Además, el presente me parecía pertinente para acentuar su carácter atemporal: todos los días, en cualquier parte del mundo, existen personas que viven, que trabajan, que disfrutan con sus aficiones, que realizan sus sueños, que a veces sufren, que se enamoran y que experimentan la plenitud de ese amor.

En torno a este corto espacio de tiempo presente, se estructura el resto de la narración en pasado, introducido desde un momento indefinido del tiempo ("Aquel mismo día..."): los sucesos anteriores, a veces intercalados (el pasado de los personajes, en ocasiones en forma de recuerdos o evocaciones; los acontecimientos previos al concierto y la descripción del ambiente musical; los antecedentes de las semanas anteriores...) y la trama posterior.

Cada una de las partes cumple una función en esta estructura "musical". El "Preludio" sirve, como en muchas contrapartidas musicales, para presentar los motivos principales de la obra; en nuestro caso, tiene como objeto el de introducir la acción en su momento culminante: la salida de Lidia y de sus compañeros al escenario, donde interpretarán el "Himno a la alegría", cuarto movimiento de la Novena sinfonía de Beethoven. El "Primer movimiento: Allegro luminoso" presenta, como es habitual en los de los conciertos o sinfonías, una forma que pretende sugerir la de la sonata clásica: una exposición con dos temas principales, correspondientes a cada protagonista; un desarrollo, en el que los protagonistas comienzan a conocerse y a relacionarse, y un reexposición desde otro punto de vista. El "Segundo movimiento: Adagio trionfante" es el tiempo lento por excelencia, en que se profundiza en la "experiencia vital" mencionada, artística y amorosa. El "Tercer movimiento: Rondò epico ed eroico" es el característico tiempo rápido, de acción, en el que se desarrolla la trama policíaca, de la cual se han ofrecido ya algunas pinceladas en los capítulos anteriores, y su desenlace, pero que contiene también algunos remansos que hacen las veces de episodios contrastantes. Y, por último, el "Final: Coda. Allegro brillante", en que la narración en presente, propia también de la descripción de un estado, la fotografía de un instante que corresponde a unos meses después de los acontecimientos principales, alterna con el pasado para ofrecernos una recapitulación del destino inmediato de los personajes.

Con esta estructura algo compleja, pero intentando no perder el hilo y la claridad en la exposición, pretendía aportar variedad e interés al relato y hacerlo más ameno. Vosotros, los lectores, sois los que deberéis juzgar en qué medida lo he conseguido.

Un himno a la alegría, disponible en la tienda Amazon.

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